Justicia, libertad, igualdad, bienestar social, revolución...entre otros toscos artefactos de sentido destinados a encadenar el océano de nuestra ignorancia. Conceptos sociales momificados en acartonados ataúdes de supermercado sin fechas de caducidad que, una vez muerto dios, constituyen el sistema teórico de la política como nueva religión de Estado. Ideal para fanáticos. En la batalla campal del lenguaje, nuestra principal arma consiste en desmontar bloque a bloque las pirámides en cuyas cúspides brillen términos generales, para averiguar cómo el poder real del Faraón los instituyó con carácter eterno en el idioma.
Fernando Blanco Inglés, "La Cuestión Q, 2"
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