Naufragio VI.

El teléfono ha dejado de sonar. El hilo metálico que había ha enmudecido. Lleva meses en estado de aparente defunción. Una urna del idioma recubierta de telarañas. Su inerte presencia es el símbolo absoluto de mi metafísica soledad. Paso las noches en vigilia, cumpliendo un servicio de imaginaria que ninguna institución ha prescrito ni nadie ordenado, a s vera, sin despegar un momento mi mirada de su figura, preso dela mayor ansiedad, en la cárcel de la angustia, esperando que un muerto por fin se acuerde de mi y llame.

Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"