Estaban aquí desde el principio…
No tendrán necesidad de derribar murallas ni de echar puertas abajo.
No utilizarán como los de antaño la vieja estructura de la civilización para crear y desarrollar nuevas culturas.
No venerarán estériles símbolos, ni cantarán salvajes himnos, ni enarbolarán estandartes, ni tendrán límites, ni respetarán fronteras.
El rendimiento de la tierra, el comercio, la producción, el consumo y el desarrollo industrial les importa un bledo.
La naturaleza, la cultura y toda aquella expresión que tenga que ver con la gracia y el arte les son ridículamente ajenas.
Odian a muerte todo aquello que no sirva para satisfacer de modo inmediato sus subvertidos instintos. Consideran un obstáculo a eliminar todo lo que se interpone entre la realidad y su deseo.
Ellos son lo único que son.
Su objetivo es la destrucción general.
No perderán el tiempo en tonterías.
No establecerán disputas estériles.
No tratarán de convencer a nadie.
No se distraerán con sandeces.
No dejarán piedra sobre piedra.
Arrasarán los cimientos.
Arrancarán las raíces.
Secarán el agua.
Exiliarán el aire.
Sepultarán en el abismo a la tierra.
Practicarán metódicamente el canibalismo hasta la desaparición absoluta de la especie. Sus corderos beben sangre, sus ovejas son antropófagas y sus jilgueros se han convertido en insaciables aves de carroña.
Los nuevos bárbaros no vendrán de ningún sitio…
Estaban aquí desde el principio…
Somos nosotros.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"
No hay comentarios:
Publicar un comentario