sábado, 11 de julio de 2020

Desencadenado.

No me hables de las prisiones de este mundo. Ni de la tragedia de nacer. Ni del temor a la muerte. Ni de que el espacio es el veredicto y el tiempo la condena. Ni de refugios religiosos. Ni de la consolación que procura el milagro estético. Nada puede detener a una mente soberana ni confinar a un alma libre. Las cadenas se deslizan como serpientes, las celdas corren como gacelas, las jaulas vuelan como águilas reales y las montañas que nos separan de nosotros mismos sólo son las tiendas de campaña de una tribu nómada que mañana ha de partir.

Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"



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