domingo, 20 de agosto de 2017

Inquisición fiscal



Existo, luego…
Pago impuestos.
Me despierto y enciendo la luz.
Pago impuestos.
Me pongo las zapatillas y me dirijo al baño.
Pago impuestos.
Me ducho.
Pago impuestos.
Uso jabón.
Pago impuestos.
Silbo una canción.
Pago impuestos.
Cierro el grifo y me coloco el albornoz.
Pago impuestos.
Me miro al espejo con irreprimible aversión.
Pago impuestos.
Me embadurno de crema la barba.
Pago impuestos.
Me afeito.
Pago impuestos.
Me echo aftershave. 
Pago impuestos.
Me unto generosamente las arrugas incipientes del rostro con crema antienvejecimiento.
Pago impuestos.
Poseer un jovial y simpático aspecto, después de tener dinero en abundancia y una pasmosa habilidad para engañar a los demás, es lo más importante de esta vida.
Pago impuestos.
Me lavo los dientes.
Pago impuestos.
Ilumino mis axilas con desodorante.
Pago impuestos.
Me depilo con una pinza láser los pelos del entrecejo.
Pago impuestos.
Me visto y calzo.
Pago impuestos.
Empapo mi vestimenta con una onza de perfume oriental que oculte al mundo el hedor de mi alma.
Pago impuestos.
Me peino con esmerado arte los cuatro pelos que aún resisten sin desplomarse en el páramo de mi cabeza.
Pago impuestos.
Enciendo la cafetera.
Pago impuestos.
Exprimo un zumo de naranja.
Pago impuestos.
Me hago una ensalada a base de variadas frutas exóticas.
Pago impuestos.
Corto una rebanada de pan.
Pago impuestos.
Frío en la sartén un par de huevos revueltos con tocino de avestruz.
Pago impuestos.
Desayuno,
Pago impuestos.
Me enciendo un pitillo.
Pago impuestos.
Me sirvo una copa que me quite definitivamente las telarañas que aún cuelgan de las esquinas del sueño.
Pago impuestos.
Despierto a mi mujer.
Pago impuestos.
Le doy el más tierno beso que soy capaz de extraer de mi trasnochado catálogo.
Pago impuestos.
Entro en el cuarto de los niños.
Pago impuestos.
Les doy un beso. Más por costumbre que por amor.
Pago impuestos.
Salgo al descansillo.
Pago impuestos.
Llamo al ascensor.
Pago impuestos.
Entro en el garaje.
Pago impuestos.
Pongo en marcha el coche.
Pago impuestos.
Salgo a la calzada.
Pago impuestos.
Llego tarde, llevo prisa, piso el acelerador.
Pago impuestos.
Me pilla un atasco.
Pago impuestos.
Me cago en la puta madre del demonio.
Pago impuestos.
Toco desaforadamente el claxon.
Pago impuestos.
Blasfemo como un descosido.
Pago impuestos.
Me resigno.
Pago impuestos.
Por hacer algo, conecto la radio.
Pago impuestos.
Discuten ferozmente una manada de tertulianos, a la luz del glorioso principio de que ser un bastardo ignorante y no tener puta idea de nada te da perfecto derecho a expresar opiniones fanáticas acerca de cualquier asunto.
Pago impuestos.
Qué país.
Pago impuestos.
Anuncios publicitarios.
Pago impuestos.
Ni corto ni perezoso, desconecto la radio y pongo música.
Pago impuestos.
Los ancianos Rolling Stones han sacado un nuevo disco de blues que exhala renovados aromas de pacto con el diablo.
Pago impuestos.
Habrá que comprarlo.
Pago impuestos.
Aparco el coche una hora más tarde de lo previsto.
Pago impuestos.
Y medio kilómetro más allá de lo recomendable para no llegar aún más tarde.
Pago impuestos.
Me meto una generosa cordillera de coca entre pecho y espalda para olvidarme de la hora que es y para resistir indemne los estragos de una nueva jornada laboral.
Pago impuestos.
No me miren de ese modo.
Pago impuestos.
Como si aquí nadie hubiera roto un plato en su vida.
Pago impuestos.
Sin un estimulante de efectos categóricos, trabajar una sola mañana en el antro al que me dirijo resulta más difícil de lo que todos los gandules que pueblan el mundo puedan imaginar.
Pago impuestos.
Háganse cargo.
Pago impuestos.
Si estuvieran en mi caso, me entenderían.
Pago impuestos.
Sin el requerido entusiasmo, ningún poeta escribiría jamás un buen verso.
Pago impuestos.
Saludo con mi mejor falsa sonrisa al conserje.
Pago impuestos.
Lo cortés no quita lo valiente.
Pago impuestos.
Subo a la oficina.
Pago impuestos.
Le digo a mi encantadora secretaria, después de saludarla con ceremoniosa atención, que me filtre visitas y llamadas.
Pago impuestos.
Que no estoy para andar perdiendo el tiempo.
Pago impuestos.
Entro en mi despacho.
Pago impuestos.
Me siento en la butaca.
Pago impuestos.
Enciendo la lámpara de diseño.
Pago impuestos.
Descuelgo el teléfono.
Pago impuestos.
Pulso el botón del ordenador.
Pago impuestos.
Entra abruptamente mi encantadora secretaria para comunicarme el inventario de urgencias y, de paso, como el que no quiere la cosa, darme aviso de que los de arriba me quieren ver; seguramente, por la cara que ha puesto, no para nada bueno.
Pago impuestos.
Me hago el longui. Como si hubiera oído llover. Para que no le quede la menor duda a la esbelta chiquilla de que a mí los de arriba me la repanchufanfiflan.
Pago impuestos.
Mando imprimir un informe decisivo para el futuro inminente de la empresa, sacado de la nevera cual momia del sarcófago, que aplaque cualquier tipo de contradicción con los amos de la cúpula y ponga punto final a la divergencia.
Pago impuestos.
Trabajo.
Pago impuestos.
Hago país.
Pago impuestos.
Aprovecho, ahora que nadie me mira, para ejecutar órdenes de compra-venta en el Dow Jones en busca de un exclusivo beneficio personal. Que le den por culo a los intereses de la empresa.
Pago impuestos.
Hablo con mi agente financiero. Le transmito la naturaleza de las operaciones y le adjunto un informe detallado de los números.
Pago impuestos.
El capitalismo contemporáneo es la hostia. Se desarrolla al margen de nuestra voluntad. Es un monstruo que de tanto crecer se ha hecho autónomo.
Pago impuestos.
Impulso la circulación de capitales con tan sólo apretar una tecla.
Pago impuestos.
Produzco plusvalías sin levantarme del sillón.
Pago impuestos.
Genero puestos de trabajo sin despeinarme.
Pago impuestos.
Provoco despidos sin enterarme.
Pago impuestos
Obtendré jubilosos beneficios sin malgastar una gota de sudor.
Pago impuestos.
Pura magia.
Pago impuestos.
Me aburro como una mona.
Pago impuestos.
Le mando un g-mail a mi camello privado con propuesta incluida de adelantar la cita periódica de suministros.
Pago impuestos.
Por la otra línea, mi encantadora secretaria manda aviso de que mi asesor fiscal necesita hablar conmigo a la mayor brevedad.
Pago impuestos.
Cuelgo y descuelgo.
Pago impuestos.
Le han llamado de Hacienda.
Pago impuestos.
Hay problemas con la liquidación de este año.
Pago impuestos.
Me han pillado las trampas.
Pago impuestos.
La avidez recaudatoria de esta gente no tiene fondo.
Pago impuestos.
Hay que mantener a los innumerables vividores de  la política.
Pago impuestos.
Pero que no solo eso.
Pago impuestos
Descubierta la liebre, esta gentuza se ha visto impelida a analizar minuciosamente las declaraciones de los últimos cinco años. El que hace un gesto hace cientos.
Pago impuestos.
Nada bueno saldrá de ahí.
Pago impuestos.
Y dando gracias de que las anteriores a esa fecha prescribieron por ley.
Pago impuestos.
No debo aturullarme.
Pago impuestos.
En tiempos de confusión, mantener en su sitio los muebles.
Pago impuestos.
Esas cosas pasan.
Pago impuestos.
Más de lo que debieran.
Pago impuestos.
Me cago en su puta madre.
Pago impuestos.
Me entra de repente una sed terrible.
Pago impuestos.
Me dirijo al mini bar y me sacudo una copa que no se la salta un torero.
Pago impuestos.
Veo el mundo de otra manera.
Pago impuestos.
Procuro distraerme de la cuestión.
Pago impuestos.
Ya que estamos, me apunto a una partida de póquer online.
Pago impuestos.
Después de unas cuantas manos, me quedo más o menos a la par, por no decir que perdiendo la intemerata.
Pago impuestos.
No se debe jugar sin una mente libre de preocupaciones.
Pago impuestos.
Me vuelvo a aburrir.
Pago impuestos.
Llamo a mi amante.
Pago impuestos.
Quedo a comer con ella.
Pago impuestos.
Nos sentamos a la mesa de un restaurante de moda.
Pago impuestos.
Habla de futuros improbables.
Pago impuestos.
Me recrimina la, según ella, incomprensible tozudez que me anima a persistir en mi lamentable actitud. Que para cuando lo del divorcio.
Pago impuestos.
Que o tomo una decisión ¡ya! o que con ella no cuente.
Pago impuestos.
Que qué fue de todo aquello que le prometí.
Pago impuestos.
Pongo excusas.
Pago impuestos.
No le valen.
Pago impuestos.
Para zanjar el debate, le juro por la salud de mis muertos que esta misma tarde hablo con mi abogado y pongo en marcha el divorcio exprés con mi mujer.
Pago impuestos.
No me cree.
Pago impuestos.
Que de eso mismo le vengo diciendo desde que la conozco sin ningún hecho fehaciente que permita corroborar una sola de mis palabras.
Pago impuestos.
Solicito la cuenta.
Pago impuestos.
Le dejo una tan generosa como inmerecida propina al gilipollas engreído del camarero.
Pago impuestos.
Café, copa, cigarrillos, sobremesa en la terraza de un bar cercano.
Pago impuestos.
Seguimos discutiendo.
Pago impuestos.
No hay quien entienda a las mujeres.
Pago impuestos.
Alzo intermitentemente las cejas y miro a un cielo imaginario en busca de imposible respuesta.
Pago impuestos.
¿Por qué coño se tiene que poner así?
Pago impuestos.
¿Qué le da derecho?
Pago impuestos.
Nunca entenderé por qué, con lo bien que vivimos, nos complicamos tanto la existencia.
Pago impuestos.
Encontrarse por la calle, gustarse y echar un polvo debería ser la cosa más natural e inofensiva del mundo.
Pago impuestos.
Y no la llave que abra la puerta a un destino basado en la mutua destrucción.
Pago impuestos.
¿En qué ley no escrita se fundamenta, por una maldita cana al aire, el derecho al usufructo exclusivo de tu persona?
Pago impuestos.
A la posesión legal de tu alma.
Pago impuestos.
Ministras de Satán.
Pago impuestos.
Ya lo decía la Iglesia antes de amariconarse.
Pago impuestos.
Me duele la cabeza.
Pago impuestos.
Consigo, por fin, sacando fuerzas de flaqueza y tras articular con maestría retórica una serie inusitada de argumentos, convencerla de que mañana será otro día.
Pago impuestos.
Le pido un taxi.
Pago impuestos.
Busco una farmacia de guardia.
Pago impuestos.
Compro aspirinas.
Pago impuestos.
Y una caja de condones por si surge un imprevisto.
Pago impuestos.
En la calle todo es publicidad.
Pago impuestos.
Allá donde mires hay un anuncio.
Pago impuestos.
Esta manga de hijos de puta han conseguido convertir el cerebro del sufrido contribuyente en un buzón vacío donde colocar a placer su asquerosa propaganda.
Pago impuestos.
Decido ir al cine a ver si me alieno lo suficiente como para olvidar mi existencia.
Pago impuestos.
Saco la entrada.
Pago impuestos.
Prefiero pagar el mísero precio de un triste espectáculo sublimatorio antes que comprarme un rifle de precisión y subirme a una azotea a desfogarme.
Pago impuestos.
Compro palomitas y un vomitivo refresco al que perfumo con un generoso chorro de ron de mi petaca.
Pago impuestos.
Me atizo media docena de aspirinas en busca de pronto efecto.
Pago impuestos.
La película es pésima.
Pago impuestos.
Infame, como casi todas las que se hacen hoy en día.
Pago impuestos.
Nada de lo que extrañarse.
Pago impuestos.
El tonto soy yo, por ilusionarme con que el cine de ahora alguna vez será como el de entonces.
Pago impuestos.
Salgo del cine.
Pago impuestos.
Piso las baldosas de la acera.
Pago impuestos.
Respiro el aire corrompido de la ciudad.
Pago impuestos.
Aún es pronto para regresar a casa.
Pago impuestos.
Me meto en el primer bar de copas que se cruza en mi camino.
Pago impuestos.
Con el higiénico fin de quitarme el mal sabor de boca que me ha dejado la espantosa película.
Pago impuestos.
Me pongo como un piojo.
Pago impuestos.
Salgo a la calle.
Pago impuestos.
Llego al aparcamiento.
Pago impuestos.
Me meto en el coche.
Pago impuestos.
Me esnifo un par de cucharadas soperas de lo mismo para contrarrestar la fatiga del trabajo y los efectos nocivos del alcohol.
Pago impuestos.
Me tropiezo con un control anti alcoholemia. Hoy tenía que ser. Instalado por la Guardia Civil con el exclusivo fin de exprimirnos mediante multas y de paso joder más allá de lo innecesario al inocente personal.
Pago impuestos.
Doy positivo.
Pago impuestos.
En alcohol y drogas.
Pago impuestos.
Multa, retirada escandalosa de puntos e incautación del auto hasta más ver.
Pago impuestos.
A tomar por culo el carnet.
Pago impuestos.
Programa de reeducación al canto.
Pago impuestos.
Obligado a perder inútilmente un mes de inútil vida.
Pago impuestos.
Mil euros del ala y exámen humillante para volver a demostrarle al estado que estoy facultado para hacer los que llevo haciendo a la perfección desde los 18 años.
Pago impuestos.
Me cago en sus muertos.
Pago impuestos. 
Vuelvo por fin a casa en un taxi.
Pago impuestos.
Tengo hambre.
Pago impuestos.
Entro en la cocina procurando hacer el menor ruido posible.
Pago impuestos.
Abro el frigorífico.
Pago impuestos.
Confecciono una frugal colación a base de un modesto sándwich de urogallo cantábrico y una humilde cerveza centroeuropea de importación.
Pago impuestos.
Me traslado con una bandeja titubeante a la sala de estar.
Pago impuestos.
Pulso los botones de mando que encienden la tele.
Pago impuestos.
Recibo una llamada en el móvil.
Pago impuestos.
Es mi mujer.
Pago impuestos.
Desde el dormitorio.
Pago impuestos.
Que baje el volumen del televisor si no quiero que venga y me monte el número.
Pago impuestos.
Obedezco.
Pago impuestos.
Sólo me faltaba la iracunda figura mitológica de mi esposa chillando y soltándome hostias como un energúmeno.
Pago impuestos.
Eso me faltaba. El último número con el que poner broche a la amena función del día.
Pago impuestos.
Me concentro en la tele.
Pago impuestos.
Es un telediario.
Pago impuestos.
Sale el ministro de Hacienda en rueda de prensa.
Pago impuestos.
Con esa cara de gilipollas tocacojones que dios le ha dado.
Pago impuestos
Soy español.
Pago impuestos.
Más que en el resto de países civilizados.
Pago impuestos.
Anuncia el menda a bombo y platillo la cuadratura del círculo.
Pago impuestos.
Un incremento exuberante de la recaudación fiscal mediante una bajada nunca vista de impuestos.
Pago impuestos.
Señal de que han decidido subirlos pasado mañana.
Pago impuestos.
Y lo que es peor: nadie se negará a ello.
Pago impuestos.
Ni uno solo protestará.
Pago impuestos.
Sin que nos vengamos a dar cuenta, han convertido este país en una cabaña lanar de castrados sin solución.
Pago impuestos.
¿A qué ruina nos condenará, tarde o temprano, la factura de permitir que los psicópatas impartan alegremente lecciones de ética?
Pago impuestos.
El muy hijo de puta se saca un gráfico de la manga y te explica como si fueras subnormal y acabaras de llegar la curva de Laffer.
Pago impuestos.
En contra de mi voluntad reflexiono en lo artera, hija de puta y miserable de la paradójica trampa ministerial.
Pago impuestos.
No me la puedo quitar de la cabeza aunque cambie de canal.
Pago impuestos.
De tanto pensar y cagarme en mi suegra, me desvelo.
Pago impuestos.
Medito medio abatido en los siete putos meses que debo trabajar para cumplir con Hacienda.
Pago impuestos.
Me cago en mi sombra.
Pago impuestos.
Reflexiono compungido en lo asquerosamente mal que tiene que estar el mundo para que pasen estas cosas.
Pago impuestos.
Pienso en los parados.
Pago impuestos.
Pienso en los pensionistas.
Pago impuestos.
Pienso en la juventud.
Pago impuestos.
Pienso en los parapléjicos.
Pago impuestos.
Pienso en el ejército innumerable de colocados por enchufe que cobran del erario público sin haber dado golpe en su puta vida.
Pago impuestos.
Abomino de la agobiante situación laboral en la que se encuentra la abnegada tercera parte del país para mantener a las otras dos.
Pago impuestos.
Me cago con toda mi alma en los muertos de tanto político hijo puta dándose la gran vidorra a costa de nuestro esfuerzo.
Pago impuestos.
Por mí se pueden ir a la mierda todos.
Pago impuestos.
Los unos y los otros.
Pago impuestos.
Y tras ellos, la puta madre de ambos.
Pago impuestos.
Decido, para lo que sirve, dejar de pensar.
Pago impuestos.
No le conviene a mi salud.
Pago impuestos.
Voy al baño.
Pago impuestos.
Me zampo la cantidad habitual de somníferos, los comprimidos de rigor y algún que otro más, que amortigüen con plenas garantías los sobresaltos del día y le despejen todo tipo de dudas al más pintado.
Pago impuestos
Orino acrobáticamente.
Pago impuestos.
Tiro de la cadena.
Pago impuestos.
Me lavo las manos como Pilatos.
Pago impuestos.
Me las seco con toalla de algodón.
Pago impuestos.
Que le vayan dando mucho por culo al orbe terrestre.
Pago impuestos.
Regreso al cuarto de estar y no ser.
Pago impuestos.
Me tumbo en el sofá.
Pago impuestos.
Estoy exhausto.
Pago impuestos.
Me quito los zapatos.
Pago impuestos.
Me traspongo.
Pago impuestos.
Cierro los párpados.
Pago impuestos.
Sueño.
Pago impuestos.
Tengo pesadillas.
Pago impuestos.
Sueño que, tras interminables sesiones de extorsión y tortura, muero asesinado por seres infames en horribles circunstancias.
Pago impuestos.
Antes de morir, me da tiempo a pensar que, después de todo, no está tan mal la cosa.
Pago impuestos.
Que sólo muerto me libraré de todos ellos.
Pago impuestos.
Y de seguir pagando impuestos.
Pago impuestos.
Que más quisieras.
Pago impuestos.
Ni muerto te escapas.
Pago impuestos.
Autopsia. Funeral. Coche fúnebre. Ramos de flores. Cremación. Viaje a la playa. Cenizas al viento. Sucesiones y patrimonio.
Pago impuestos.
Del miedo que me da resucito no sé cómo.
Pago impuestos.
Tengo sudores fríos.
Pago impuestos.
A pesar del sofoco, vuelvo a respirar con relativa normalidad.
Pago impuestos.
Sigo vivo.
Pago impuestos.
Sin venir a cuento me surgen unas cuantas dudas en el páramo helado del cerebro.
Pago impuestos.
¿Soy yo quien soy?
Pago impuestos.
¿Existo en realidad?
Pago impuestos.
¿Vivo mi vida?
Pago impuestos.
¿O sólo estamos hablando de un triste individuo desconocido sin otro objetivo en la vida que el de cumplir religiosamente con sus obligaciones fiscales para mantener en pie un cotarro que le aplasta hasta que venga otro que le sustituya?
Pago impuestos…
Pago impuestos…
Pago impuestos…


Fernando Blanco. “Solemne letanía por la declinante clase media española”.