lunes, 2 de octubre de 2017

Escrilectura

Escribir es la forma más sorprendente y alucinógena de leer, como pintar es ver por primera vez el mundo o componer música la manera genuina de oír lo que jamás se ha escuchado.
   Escribir es un modo exacto de traducir.
   Escribir es el noble acto revolucionario de someter tu capricho a un dictado irrefutable.
   Escribir es extraer minerales desconocidos de cuevas inexploradas.
   Escribir es calcar palabras invisibles sobre la piel de la realidad.
   Escribir es bucear en busca de ostras enfermas hasta que te estallen los pulmones y se te encharque la boca de sangre.
   Escribir es emitir alaridos en una lengua previa a la construcción de Babel.
   Escribir es esculpir con cinceles de sangre antigua el oscuro mármol de las conciencias.
   Escribir es atracar a mano armada una sucursal del Banco del Vacío.
   Escribir es un modo de asesinar lo que no está vivo y de resucitar lo que está por nacer.
   Escribir es fotografiar rincones oscuros en los sótanos del alma.
   Escribir es disfrazar con palabras el carnaval del silencio.
   Escribir es dibujar con perfil asesino la sombra de lo que nunca ha sido dicho.
   Escribir es transcribir las reverberaciones de la luna en mares sin agua.
   Escribir es arrancar a zarpazos las cortinas y visillos del universo.
   Escribir es levantar altares a dioses por inventar.
   Escribir es plantar semillas que germinen en desiertos.
   Escribir es excavar en el lenguaje de la isla hasta encontrar el tesoro de las significaciones.
   Escribir es diseñar trampas para rinocerontes.
   Escribir es clavar navajas sin hoja en el palpitante corazón de lo desconocido.
   Escribir es forjar anclas que funcionen como velas.
   Escribir es pescar hipopótamos con anzuelos de agua.
   Escribir es iluminar con antorchas encendidas arsenales de dinamita.
   Escribir es tocar la flauta que hipnotiza a la cobra que se dispone a aniquilarte.
   Escribir es pulsar sin especulaciones los botones de una guerra nuclear.
   Escribir es detener la luna en la noche y el vuelo de las águilas en el aire.
   Escribir es inventar músicas con las que bailen las estatuas.
   Escribir es seccionarse las venas para descubrir de qué color es la sangre.
   Escribir es arrancarse los ojos y untar la pluma en las cuencas.
   Escribir es desparecer, volverse nada, hallarse en condiciones dar la bienvenida a lo que tenga que ser.
   Escribir es encerrar en jaulas salvajes silencios irreductibles.
   Escribir es colocar entre paréntesis vómitos de ángel.
   Escribir es alimentar luciérnagas con jardines de oscuridad.
   Escribir es rescatar gacelas ensangrentadas en la mirada del tigre.
   Escribir es ordenar a las palabras salir de sus tumbas.
   Escribir es teclear, nunca se sabe por qué, una letra tras otra hasta que alguien del que nada sabemos decide poner fin y firmar en nuestro nombre.

   Escribir es no escribir escribir es.

Fernando Blanco: Noticias Q.

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