Escribir es la forma
más sorprendente y alucinógena de leer, como pintar es ver por primera vez el
mundo o componer música la manera genuina de oír lo que jamás se ha escuchado.
Escribir es un modo exacto de traducir.
Escribir es el noble acto revolucionario de
someter tu capricho a un dictado irrefutable.
Escribir es extraer minerales desconocidos
de cuevas inexploradas.
Escribir es calcar palabras invisibles sobre
la piel de la realidad.
Escribir es bucear en busca de ostras
enfermas hasta que te estallen los pulmones y se te encharque la boca de
sangre.
Escribir es emitir alaridos en una lengua
previa a la construcción de Babel.
Escribir es esculpir con cinceles de sangre
antigua el oscuro mármol de las conciencias.
Escribir es atracar a mano armada una
sucursal del Banco del Vacío.
Escribir es un modo de asesinar lo que no
está vivo y de resucitar lo que está por nacer.
Escribir es fotografiar rincones oscuros en
los sótanos del alma.
Escribir es disfrazar con palabras el
carnaval del silencio.
Escribir es dibujar con perfil asesino la
sombra de lo que nunca ha sido dicho.
Escribir es transcribir las reverberaciones
de la luna en mares sin agua.
Escribir es arrancar a zarpazos las cortinas
y visillos del universo.
Escribir es levantar altares a dioses por
inventar.
Escribir es plantar semillas que germinen en
desiertos.
Escribir es excavar en el lenguaje de la
isla hasta encontrar el tesoro de las significaciones.
Escribir es diseñar trampas para
rinocerontes.
Escribir es clavar navajas sin hoja en el
palpitante corazón de lo desconocido.
Escribir es forjar anclas que funcionen como
velas.
Escribir es pescar hipopótamos con anzuelos
de agua.
Escribir es iluminar con antorchas
encendidas arsenales de dinamita.
Escribir es tocar la flauta que hipnotiza a
la cobra que se dispone a aniquilarte.
Escribir es pulsar sin especulaciones los
botones de una guerra nuclear.
Escribir es detener la luna en la noche y el
vuelo de las águilas en el aire.
Escribir es inventar músicas con las que
bailen las estatuas.
Escribir es seccionarse las venas para
descubrir de qué color es la sangre.
Escribir es arrancarse los ojos y untar la
pluma en las cuencas.
Escribir es desparecer, volverse nada, hallarse
en condiciones dar la bienvenida a lo que tenga que ser.
Escribir es encerrar en jaulas salvajes
silencios irreductibles.
Escribir es colocar entre paréntesis vómitos
de ángel.
Escribir es alimentar luciérnagas con
jardines de oscuridad.
Escribir es rescatar gacelas ensangrentadas
en la mirada del tigre.
Escribir es ordenar a las palabras salir de
sus tumbas.
Escribir es teclear, nunca se sabe por qué,
una letra tras otra hasta que alguien del que nada sabemos decide poner fin y
firmar en nuestro nombre.
Escribir es no escribir escribir es.
Fernando Blanco: Noticias Q.
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