domingo, 10 de mayo de 2015

Tiro de gracia

Al levantarse el telón, comparece un piquete uniformado de fusilamiento a las órdenes de un teniente de dragones que apunta hacia el público…

   –Carguen… apunten… ¡Fuego!


   El público, antes de caer en la cuenta de que la cosa no va de teatro experimental y de que las balas no son de fogueo, cae abatido en medio de la mortal confusión. El teniente baja del escenario y remata con tiros en la nuca a los que aún respiran. El título de la obra era Ni presos ni heridos.

Víctor Zamora: "Cabaret Luzbel"

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