Bailan los cuerpos alrededor de la hoguera en la que arden todas las caras y cada uno de los nombres.
Fernando Blanco Inglés, "La agenda Belmonte"
Bailan los cuerpos alrededor de la hoguera en la que arden todas las caras y cada uno de los nombres.
Fernando Blanco Inglés, "La agenda Belmonte"
Estos depredadores sociales se caracterizan entre otras cosas por opinar con soberana estulticia y falta de pudor de aquello ante lo que los mismos dioses prefieren mantenerse en silencio. ¿En qué predios intangibles se atreven a escarbar sus sucias pezuñas? ¿Entre los bordes de que copa agrada introducen sus bacantes hocicos? ¿Por qué lo saben todo desde antes de ignorarlo? La respuesta es sencilla: son seres imbuidos por la religiosa convicción de ser los únicos capacitados para tener siempre razón. Harapientamente instruidos por una mezcla delirante de series beatas de televisión, ensayos de marketing que consideran exclusivamente la revolución como reducto ideal con el que estafar a ingenuos, catecismos decimonónicos y libros de autoayuda populista intercalamos por esos leves toques marxistas de los que hace gala el que ha oído campanas y no sabe dónde, pero que, al fin y a la postre, generosamente regados con los generosos cheques del narcotráfico internacional, en un país semianalfabeto y hasta los huevos de corrupción política, podría serles más que suficiente para articular una horda e incluso tener éxito.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q,2"
De la cárcel del tiempo
en el instante inesperado
se evadió un momento.
Fernando Blanco Inglés, "Asalto al Hermitage"
Debería haber un momento en la vida de un hombre en el que le fuera permitido descansar sin más y ninguna institución ni empresa le atosigara con nuevas facturas, nuevos recibos, nuevas multas, nuevos contratos, más declaraciones de la renta, más licencias matrimoniales, más libros de familia, más partidas de nacimiento, más sellados del paro, más autenticaciones de vida, más notificaciones bancarias, más inspecciones técnicas del vehículo, más absurdas renovaciones del carnet de identidad, pasaporte, carnet de concudir... demasiado papel, demasiadas letras, demasiadas injerencias, demasiado control, demasiadas angustias, demasiado Estado, demasiado Todo.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q,2"
El Estado es un pésimo novelista. Aunque capaz de producir, a través de su avasallan maquinaria ideológica, subjetividades en masa, egos a granel, personalidades para dar y repartir, todos los personajes le salen idénticamente distintos, igualmente diferentes, similarmente desiguales, partícipes de una mucilaginosa forma común de penar, cuyo sustrato. nuclear reside en el hecho de creer que toda idea es la pura expresión de un pensamiento individual y soberano.
Como consecuencia de ello, todos sus personajes, por más que disientan entre si, mantienen en el fondo, bajo la apariencia de lenguajes distintos, un mismo discurso fabricado para favorecer de modo inconsistente, la perpetuación en el poder de quien les creó. Y la novel por él escrita, de tan mala, reiterativa y aburrida, aunque sea un éxito público, no hay dios que se la lea.
Puestos a ser un texto, amigos, mejor salir del sitio que nos han designado y buscar cualquier otro lugar. Y desde allí escribirnos lo que nos dejen y podamos hasta que el tiempo que todo lo iguala borre con gélida indiferencia las huellas.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"
ROBERT WALSER: Algo absurdo, si, pero un absurdo que tiene una boca preciosa y sonríe.
Te fuiste de mi
triste dolor
al alba
sin un solo beso
revolver
en la sien dormida del alma
soñando balas de plata
en la tap de los sesos.
Fernando Blanco Inglés, "Escalera de color"
Encender
la dictadura del fuego
en la república de la piel.
Fernando Blanco Inglés, "Alrededor del sol".
Sentir
en le mar de la piel
las olas ir y volver.
Fernando Blanco Inglés, "Alrededor del sol"
Le han pasado la garlopa por el cerebro dejándoselo sin yo... le han extirpado las raíces podridas del ego... un vacío terrible... le han dejado indefenso con la mente hueca, al albur de lo que quiera instalarse en ella... cualquier cosa, cualquier superstición, cualquier dios, puede ocupar su lugar... en tales condiciones, temerse lo peor, lejos de suponer pesimismo, es lo menos que podemos hacer...
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"
¿Cómo respirar cuando cada inhalación es un navajazo de hielo y cada exhalación un vómito de sangre?
Fernando Blanco Inglés, "La agenda Belmonte"
Los dioses, que supieron apagar volcanes en estado salvaje de erupción mediante certeros escupitajos, que fueron capaces de encender exuberantes hogueras en los remotos abismos del mar friccionando algas y coral, que levantaron de sus tumbas con un solo gesto a todos los muertos, se mostraron radicalmente impotentes a la hora de intentar hacer variar un músculo ápice el curso inflexible de los acontecimientos.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q,2"
...se parte otro trozo de mi alma..
Si cierro mis ojos, veo los tuyos.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q,2"
Administran las existencias, codifican la vida, inventan los pensamientos, establecen los lenguajes, imponen los sentimientos, rigen las conductas, adiestran los cuerpos, se cagan todos los días desde lo alto en nuestras almas...
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q,2"
Fernando Blanco Inglés "La cosa en NO"
- Se desenvuelve al margen de toda ley. Rula al margen de principios esenciales. En su cabeza no entran en litigio el deseo y al realidad, porque la única realidad capaz de entrar en su cerebro es la del deseo.
-Así lo único que tiene que conseguir es que la realidad lo muela a palos.
- Eso a él le da exactamente igual. No le concierne, su mundo no es de este. Su conciencia, si así se la puede llamar, se ha desvinculado del mundo real. Le suda completamente la polla que el catedrático de la realidad le suspenda. A él lo único que le interesa es que nada ni nadie marchite la idea de su cabeza.
Fernando Blanco Inglés, "La cuestión Q, 2"
Soy un ser abstracto. Rodeado de entes herméticos. Duermo la siesta en un prado inexistente. Sobre una hamaca sin nudos ni cuerdas.A la sombra de un esplendoroso garbo invisible. En el ciclo se ciernen densos nubarrones quiméricos. Estalla de repente una tormenta irreal. Por entre las ramas del árbol bajo el que duermo la mas pálida y traslúcida de las siestas cae un rayo imaginario. la terrible insonorizad de su estruendo me despierta. Abro los ojos y trato en vano de incorporarme, antes de caer fulminado.
Fernando Blanco Inglés, "Arquitectura del sueño"
Estoy asomado a una ventana que no tiene casa.
Fernando Blanco inglés, "Arquitectura del sueño"
Al otro lado de dónde, lejos de cuándo, en el centro exacto de ninguna parte, existe un lugar sin ser en el que, si uno presta la debida atención, se oye el grito de los muertos perforar los tímpanos de los que aún están por nacer...
Fernando Blanco Inglés, "Arquitectura del sueño"
Estamos tan ocupados con lo necesario que olvidamos lo imprescindible.
Fernando Blanco Inglés, "La agenda Belmonte"
Pasear
mi sonámbulo desnudo
por tu tejado lunar.
Fernando Blanco Inglés, "Alrededor del sol"
Izar las velas de la sagrada nave sobre mares de vino, alejarme de todos los puertos sin volver ls vista atrás y viajar siempre a la deriva bajo las estrellas de la risa y la luna del amor.
Fernando Blanco Inglés, "El burdel de Venus", 2020.
Sobre las ondas del vespertino mar de la atmósfera surfean elegantes momentos invisibles, amnésicos, descuidados, indiferentes, al margen del vértigo que da saber que lo eterno es efímero y el tiempo una interminable sucesión de nómadas que se intercalan entre amplios vacíos...
Fernando Blanco Inglés, "El burdel de Venus", 2020.