El Estado vacía nuestros bolsillos
Desfalca nuestras carteras
Se adjudica la propiedad legal de nuestros cuerpos
Vigila nuestros actos
Manipula nuestras sensaciones
Subvierte nuestras conciencias
Expropia nuestros pensamientos
Yugula nuestros instintos
Castra nuestros deseos
Devalúa nuestras pasiones
Sepulta nuestros desnudos
Adocena nuestra rebeldía
Confunde nuestro caos
Cultiva nuestra angustia
Monopoliza nuestro derecho natural a la violencia
Elimina nuestra voluntad
Juzga nuestra vida
Condena nuestra existencia
Sentencia nuestro ser
Nos impone su lenguaje
Dicta nuestra escritura
Censura nuestra expresión
Coacciona nuestra inteligencia
Allana nuestras viviendas
Viola nuestra intimidad
Intoxica nuestro cerebro
Inyecta en nuestras venas muchedumbre de venenos
Limita nuestros movimientos
Prohíbe nuestra libertad
Ampara a nuestros enemigos
Arrodilla nuestra soberbia
Exige nuestra sumisión
Usurpa nuestro poder
Lucha contra nuestros cuerpos
Amputa nuestros miembros
Restringe nuestros órganos
Vierte nuestra sangre
Carcome nuestros huesos
Succiona nuestra médula
Saprofita nuestros intestinos
Encadena nuestras emociones
Trastorna nuestras mentes
Anquilosa nuestras neuronas
Envenena nuestras almas
Fulmina nuestros espíritus
Explota nuestra energía
Enclaustra nuestros delirios
Nos vende falsas democracias
Dictamina nuestro destino
Aniquila nuestros deseos
Borra nuestros sueños
Agosta el rosal de nuestra alegría
Y odia con toda la fuerza de su poder la salvaje existencia de nuestro amor.
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