El discurso político se fundamenta en el arte de soltar tópicos a diestro y siniestro, pero sería injusto no reconocer que entre tópico y tópico el político se dedica a pensar en las cuestiones fundamentales cero segundos y aún le sobra tiempo, salvo que entendamos por cuestiones fundamentales la contabilidad de sus cuentas corrientes, en cuyo caso su pensamiento tiende al infinito.
Víctor Aranda del Duero: "Tiempos Modernos".
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