Los únicos blancos decentes que ha habido en el mundo son la túnica sagrada de Safo, las enaguas bordadas por el aire de Emily Dickinson, la blancura omnipotente de Moby Dick, la magia declinante de los copos de nieve y, por supuesto, el hermoso vacío de todas las mentes en blanco del mundo.
Víctor Zamora: "Divagaciones Ibéricas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario