1. En España no hay democracia.
No existe separación de poderes (el ejecutivo controla, subvierte y
manipula al legislativo y al judicial) ni representación parlamentaria de la
Soberanía Nacional (no hay igualdad de voto y no se eligen representantes del
pueblo sino listas de partido). La Soberanía Nacional ha sido categóricamente
excluida del juego.
2. La tan elogiada Transición
democrática fue una prolongación del régimen dictatorial de Franco, mediante la
instauración de un régimen de partidos en el que las distintas mafias políticas
disfrazadas de organizaciones democráticas usurparon la representación popular
con el beneplácito de los americanos y de la oligarquía española.
3. Este conglomerado de mafias
se reparten el poder del gobierno según su fuerza electoral, tantos votos,
tanto poder en la administración, en la judicatura, en los medios de
comunicación y tanta pasta a repartir entre las redes clientelares
correspondientes. Se coluden en lo fundamental y discrepan en lo accesorio,
sobre todo en épocas de campaña electoral, con el fin de que el publico pueda
distinguir unas opciones de otras cuando todas son en el fondo lo mismo, porque
si hay algo que las define es su desmedida afición por el consenso ideológico,
político y económico que tantos beneficios de estraperlo les reporta.
4. El principal negocio
político es la corrupción de las instituciones en impúdica connivencia con las
empresas que gozan del favor del Estado. El tres por ciento mínimo es el pago a
la mafia que cualquier empresa que quiera trabajar en negocios públicos tiene
que apoquinar a la sección negocios de los partidos concesionarios. Cantidad en
nada desestimable si tenemos en cuenta que la mayoría de las empresas
españolas, en virtud de viejas taras inherentes a nuestro desarrollo
capitalista, trabajan única y exclusivamente para la Administración. Todos los
partidos se financian irregularmente mediante la corrupción generalizada, desde
la presidencia de Gobierno hasta la mas humilde concejalía del más insignificante
pueblo. Por más que publiquen transparentes páginas en internet con la relación
detallada del estado de sus finanzas, nunca sabemos realmente por donde les
entra el dinero ni en qué cantidades. Los prestamos a los partidos no cobrados
por la Banca, en anticipo al servicio de futuros favores, son buena prueba de
ello, constituyen una vergüenza publica y un dato la hostia de clarificador
para desvelar que relación existe en España entre lo supuestamente público y lo
supuestamente privado.
5. En España no hay libertad de
expresión. Esta está monopolizada por potentes grupos mediáticos favorecidos
por el sistema partidocrático, financiados por éste, y siempre al servicio de
la ideología dominante, como perpetuos defensores de las versiones oficiales,
los relatos interesados y las narrativas hegemónicas. Los periodistas
independientes, aquellos que se han manifestado en contra del régimen de
partidos, por incómodos para el poder han sido siempre silenciados, reprimidos,
relegados, vilipendiados y marginados. Existe el hecho incontestable de que sin
pasta no es posible ejercer la libertad de expresión por mas que la
postulen las constituciones y se vanaglorien de ello en las tribunas
parlamentarias.
6. Esta confabulación de
partidos conspira para que en España nunca se sepa lo que se tiene que saber,
nunca se juzgue lo que se tiene que juzgar, nunca se reprima lo se tiene que
reprimir ni, en lo que respecta a principios democráticos, nunca se ensalce y
se defienda lo que se tiene que ensalzar y defender. Abogan denodadamente por
un sistema de valores en el que se beneficie la sumisión y se castigue el
mérito y porque tal esquema bipolar se lleve y aplique hasta en los últimos
lugares de la vida pública.
7. Existe una alianza tacita
entre políticos y medios de comunicación para que entre realidad y pueblo
exista un abismo insalvable en lo que respecta a información, conscientes de
que sin una información rigurosa, objetiva y de calidad la democracia es
imposible, porque los supuestos ciudadanos nunca podrán salir de las sombrías
apariencias de La Caverna ni por tanto luchar por lo que en realidad les
conviene. Así, de este modo miserable y fascista, se han propuesto que nunca
sepamos lo que verdaderamente pasó el 23F, el 11M, atentados de las Ramblas,
atentado de Aznar, negociación con ETA...
8. Es un principio no escrito
pero el copón de funcional que las tensiones políticas en el marco del régimen
heredero del franquismo se diluciden a la luz del interés supremo de la partidocracia,
por encima de los intereses parciales y estrechos de cualquier mafia
partidista. Es superior el valor de la unidad entre la mafia por mantener en
pie el cotarro que el de las divergencias entre sus facciones. Por eso no están
en la cárcel ni Juan Carlos I, ni Urgandarín, ni Rajoy, ni Felipe González, ni
Zapatero ni Aznar ni Pujol por corrupción y traición al Estado. Y, encima, los
medios de comunicación les dan cancha como si hubieran sido verdaderos adalides
de lo que conceptúan como democracia española.
9. Las contradicciones y las
luchas en consecuencia surgen, qué mala es la envidia, como resultado de la
disconformidad con la porción de pastel que a cada uno le corresponde y derivan
en exigencias de nuevos repartos de la tarta. Véase si no lo acontecido en
Cataluña. Las distintas mafias de los partidos independentistas vienen
exigiendo en colusión desde hace cinco años un nuevo reparto de poder y, ante
la negativa en redondo de las facciones principales del hampa, tensan la cuerda
al máximo para sentar a éstas a negociar y conseguir sus objetivos económicos.
Lo de menos aquí es la independencia de Cataluña, ni el bienestar de los
ciudadanos catalanes, eso son cuestiones que se la sudan, lo de más es que se
redistribuya el botín con arreglo a la fuerza que los secesionistas dicen
representar y que el Estado no les reconoce. ¿Por qué los partidos
anti-sistemas e independentistas no han dudado un segundo en presentarse a unas
elecciones ilegales convocadas por un Estado opresor tras haber suprimido sus
legitimas instituciones, en vez de llamar al boicot y a la insurrección
republicana? Aparte de por su espantosa falta de dignidad y natural cobardía
-son valientes sólo cuando sale gratis y aquí nadie presume de un principio que
pueda costarle los cuartos-, no cabe ninguna duda que por pánico cerval a quedarse
al margen del reparto del pastel en los futuros negocios.
10. Los nuevos partidos
surgidos de la protesta anti bipartidista por la crisis económica han venido a
reforzar el régimen establecido por la Segunda Restauración y a subrayar las
reglas del juego que con él se formalizaron. Bien como partidarios de reformar
el sistema y apuntalarlo desde dentro o de atacarlo desde posiciones
disparatadas con el bastardo fin de reforzarlo indirectamente. Sus líderes
gozan de todos los privilegios, sin renunciar a ninguno, de los que
tradicionalmente se ha beneficiado la casta política del régimen y no parecen
hallarse excesivamente a disgusto con ello.
11. Podemos, desde esta
perspectiva, es una organización concebida y destinada a encauzar la protesta
anti bipartidismo y anti régimen surgida a raíz de la crisis económica y
política de 2006. Sus llamémosle líderes, esos zarrapastrosos indigentes
intelectuales que presumen de de ser la flor y nata del pensamiento político
del país cuando no se les conoce una idea propia, han sido promocionados hasta
límites vergonzosos por la oligarquía financiera y corrupta en sus medios de
comunicación afines con el fin de que contribuyan a remozar el edifico en
ruinas de La Transición. Sus principales objetivos son incorporar al régimen,
vía privilegio clientelar y confortable pesebre, a las vanguardias de los descontentos marginados por
el sistema (un nuevo reparto de pastel que de salida económica a los
desheredados de las nuevas generaciones y deje migajas sustanciosas a los que
nunca participaron de los banquetes del poder, tal como se hizo con ETA vía
Bildu) y, por otra parte y en consecuencia, abortar cualquier posibilidad
masiva de protesta tipo 15 M frente al régimen antidemocrático instaurado en el
78.
12. Con ser enorme el daño
político y económico causado por el régimen de partidos y la Corona
juancarlista a nuestra población, del que España, hoy en quiebra, tardará
décadas en recuperarse si es que se recupera, nada de envergadura comparable al
descalabro infligido a nuestra población en el terreno ideológico... La
trastocación de valores ha sido total... Hemos sido aleccionados desde la
escuela, las universidades, los partidos políticos y los medios de comunicación
en sustituir como principios básicos de conducta el trabajo, el esfuerzo
personal, el mérito, la excelencia y el empeñarse en la palabra dada por el
vivir del cuento, hacerse con el dinero ajeno, señalar como tonto al que sea honrado
y otras consignas por el estilo que impiden el desarrollo económico y cultural
del país, nos abocan al tercermundismo e instauran un entramado ideológico cuyo
lema principal consiste en vivir como sea, cuanto antes y con el mayor grado de
beneficio posible a costa de los demás. Los actuales hechos acontecidos en
Cataluña, en el Pais Vasco y la claudicante respuesta dada por el Estado no
hubieran sido posible sin este degenerado marco ideológico.
13 El único modo de acabar con
tan nefasta situación y traer una democracia a España es a través de una
asamblea constituyente que redacte una constitución que garantice la separación
de poderes, una ley electoral que permita la elección directa de representantes
del pueblo y no de partidos y la elección expresa del presidente de la
república, como jefe del ejecutivo, tras un referéndum que le permita al pueblo
español descartar la monarquía como forma de régimen por haber sido
históricamente corrupta y legendariamente antidemocrática en España.
14. Si algo ha quedado
claro en esta última crisis es que sorprendentemente la Nación Española, a
pesar de todos los robos, engaños, estafas y atentados a su soberanía sufridos,
va a tener razón al final Bismarck, está viva y dispuesta a salir a la calle
para acabar cuanto antes con este abyecto cambalache político de vividores y
vendepatrias, evidenciando que tras cuarenta años de régimen opresor y machaque
ideológico y propagandista hay algo muy antiguo y poderoso, por encima de
regímenes, partidos y leyes, que nos constituye como nación y nos da carta de
naturaleza como pueblo político imposible a la larga de manipular por
oportunistas al servicio de arteros intereses.
Manuel Alcalá de Guadaira. "Notas al Margen".
Para medir cualquier cosa hace falta una unidad de medida. Propongo usar el "pericles" como tal para medir la existencia y magnitud de la democracia de una institución política, al estilo, como el metro se usa para medir distancias o el sistema de puntuación Elo para medir la potencia de los jugadores de ajedrez. Puede que la democracia española sea de 12 pericles, y, por ejemplo, la inglesa de 120, pero no es un régimen ademocrático o antidemocrático. De acuerdo en cualquier medida que haga que aumente el número de pericles. Lo que no se cuantifica es, en el mejor de los casos proclama, y en el peor, soflama, intenciones aparte
ResponderEliminarSabía apreciación, muy racional, coherente y compacta si la democracia fuera la incógnita de una ecuación matemática que se pudiera despejar y ser investida de valores numéricos, pero es una cuestión ideológica, que se dirime en el terreno de la filosofía política, y resulta, como tantas otras cuestiones de este rango, indeterminable en términos de ciencia exacta. O está viva o está muerta y aquí, en nuestro querido país, ni siquiera ha nacido.
ResponderEliminarCon los silencios en los medios respecto al libro publicado x Pilar Urbano "La Pieza 25. Operación salvar a la Infanta" o respecto a las declaraciones del 9 de enero d R. Rato en el Parlamento detallando la prevaricación-corrupción de los miembros más importantes del Gobierno Rajoy se pone de manifiesto lo expresado en los puntos 5, 6, 7 y 8 d la 2ª restauración. Lo expresado al final en el punto 14, está por ver...
ResponderEliminarDe todos los puntos de esta historia, el 14 es el más importante. Si perdemos la fe en nosotros mismos, estamos muertos. los malos gobiernos pasan y los pueblos permanecen.
ResponderEliminarEl pueblo español suele echarse siestas que duran décadas, pero el día que se despierta tiembla el misterio.
ResponderEliminarEl pueblo español se vende por un plato de lentejas. Nos han dado unas cuantas migajas durante cuarenta años y nos han tenido conformes con todas sus fechorías. Ahora, que nadie proteste.
ResponderEliminarEl asunto de mejorar una forma de gobierno no es filosófico, sí lo puede ser plantear las bases de una forma de gobierno alternativa y distinta: ya tuvimos otras, algunas reales;el feudalismo, y otras que se quedaron, no sin dejar millones de muertos en el camino, en promesa de paraíso futuro; la dictadura del proletariado
ResponderEliminarMejorar la democracia es asunto práctico, de la misma naturaleza de erradicar una enfernedad transmisible o conseguir que una nave espacial llegue a Marte. Y eso no se hace a ojo de buen cubero, ni se debe dejar a la libre interpretación de cada cual. Conviene establecer parámetros, variables mensurables, que midan lo que se pretende conseguir. Aunque sean hechos sociales, políticos o económicos. Existen las ciencias de la naturaleza y las ciencias del comportamiento. No se trata de ecuaciones ni de incógnitas, se trata de medir la fuerza relativa, la intensidad de un aspecto de la realidad social, política y económica. Un ejemplo: que el presidente del gobierno nombre a todos los componentes del Tribunal Constitucional, 0,5 pericles sobre 20 que sería el número de pericles máximo teórico; que los nombre el parlamento por mayoría absoluta, 15 pericles. Que la desigualdad de renta sea más de un determinado porcentaje, o menos, distintos pericles. Y así: definir variables de realidades sociales, políticas y económicas, medios para medirlas, y cuantificar su valor y evolución, siendo ese el terreno más adecuado para proponer mejoras y medir consecuencias, no sólo cuantitativas, dónde y cómo reparto lo que obtengo y de quien lo obtengo, sino cualitativas, el régimen electoral o la división de poderes
Lo que no puede medirse es entelequia. Será buena o mala, pero entelequia, novela, arte, filosofía...
Y dale con los pericles. Las cosas más importantes de esta vida no se pueden cuantificar. ¿Cómo se mide la amistad, el amor, el grado objetivo de libertad. Sólo podemos tomar posición ante ellas. Con la democracia pasa algo parecido. responde a una posición política basada en la desconfianza ante la maldad inevitable del hombre. Es un sistema de contrapoderes que impida el ejercicio de la tiranía. Nada más. Unas reglas del juego que se dan o no se dan. O se juega al póquer o se juega a otra cosa, pero no a un poco de póquer con tendencia a llegar a más. Y en España no se dan. Así de simple. ni soberanía nacional, ni partidos del pueblo ni separación de poderes ni libre elección de representantes políticos ni prensa libre... no hay libertad, sólo libertades de bajo riesgo, que nunca cuestionen o pongan en peligro al poder, que cómo migajas caen de la mesa de la partidocracia, con estridente música y fuegos artificiales para que no oigamos el ruido de los eslabones de las cadenas. sólo así se explica que durante cuatro décadas sigan mandando los mismos.
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