La maldición no consistió en multiplicar los idiomas para que las naciones no se entendieran. Con eso al fin y al cabo hubiéramos podido lidiar. Bastaba con estudiar lenguas. La verdadera maldición fue que jamas dos personas pudieran entenderse ni hablando el mismo idioma.
Verónica Boscán: "Lengua Muerta".
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