viernes, 28 de noviembre de 2014

DILUVIO UNIVERSAL II


Y aquella noche comenzó a llover como nadie recordara que hubiese llovido hasta entonces. Al amanecer, seguía lloviendo, y lloviendo, y lloviendo… de aquello podría decirse sin temor a equivocarse que era algo más que llover… se estaba rompiendo este mundo y el otro… y así hubo de ser sin parar durante cuarenta largos días con sus respectivas noches. Éon, cumpliendo el mandato explícito de Soid, introdujo en el Arca de retorno al paraíso una pareja de cada especie… excepto de la humana, claro está… y, por supuesto, de la de cualquier tipo de monos… no fuera a ser que a los payos, en un torpe descuido de la naturaleza, les diese por volver a evolucionar.

Verónica Boscán: "Escenas Cotidianas".

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