Los mejores psiquiatras son los gatos: no perciben emolumentos, bajo ningún
concepto; no recetan jamás pastillas, por más que se les insista en la
necesidad de la prescripción; y, además, qué quieres que te diga, tienen la
virtuosa costumbre, en todo momento y en cada lugar, de predicar exclusivamente
con el ejemplo.
Verónica Boscán: "Bestiarium".
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