sábado, 4 de febrero de 2017

Llamadme Ismael XIII


La naturaleza es el enemigo de Acab. Su intransigente soberbia es la del ángel caído. Acab es un significante ensordecedor que reclama la sangre de todos los oídos. Un edicto inapelable. Una orden que nadie puede desacatar. Una música que enloquece a la razón. Un misterio que disuelve en el aire la resistencia de las conciencias. Un profeta del antiguo testamento que dicta con voz de fuego un evangelio al servicio de ningún dios.

Víctor Zamora: "A bordo del Pequod".

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