Ni manifestación de dioses. Ni visiones de vírgenes. Ni revoloteos antojadizos del Espíritu Santo. Desaparecer, no se sabe cómo, durante un tiempo incalculable del lugar donde se supone que estás y al regresar no tener ni puta idea del sitio al que has venido a parar.
Verónica Boscán: "Sagradas Escrituras".
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