En la hermosura de un instante
dilapidar generoso una vida
y seguir queriendo
más adelante
vivir la excelsa altura conseguida
aunque te duela respirar el aire.
En la hermosura de un instante
dilapidar generoso una vida
y seguir queriendo
más adelante
vivir la excelsa altura conseguida
aunque te duela respirar el aire.
No te turbes ni te extrañes, encanto. Te hallas exactamente donde tienes que estar. Justo ahí donde no hay ahí. En el sitio sin lugar. En ese preciso instante en el que el tiempo, harto de sí, renuncia a su legítimo derecho de existencia. Deja de pensar, lucero. No te aflijas, radiante luz de mis entrañas; no te esfuerces, no te angusties, no le des más vueltas a lo que de ningún modo puede girar y abandónate sin sombra de incertidumbre a ese momento en el que con pleno vigor rige la inconsciencia sobre el mundo, cual feliz hermosura derramada por la copa de Dios sobre el resplandeciente mantel de la vida...Actúa: busca en el armario de este poema una leve blusa de aire y una minifalda de cristal. Indaga en sus cajones invisibles la graciosa posibilidad de hallar tibias medias de seda. Envuelve con ellas las hermosas elipses de tus muslos. Abre el abismo de la cajonera. Introduce tus delicados pies en esos zapatos de tacón que con tan inusitada luz te reclaman, cuya estructura ha sido fabricada especialmente para ti con la espuma que bate el río en el que beben las gacelas azules del universo. Embadúrnate de luna los labios. Enjalbega la suprema oscuridad de tu rostro con las estrellas de esa noche maravillosa que nunca vendrá. Cubre tu pelo bajo ese pañuelo expresamente confeccionado para tu adorno por las costureras del misterio, mediante hilos de brisa que con sutil gentileza agita la superficie del mar del olvido. Y sal, sal desnuda, envuelta en ti, plena de ansias, con todo el ímpetu de tu ser, animada en el más soberbio de tus deseos para darte un espléndido garbeo por los laberínticos bulevares de su interior, a la búsqueda indeclinable de amor...
Fernando Blanco Inglés, "Arquitectura del sueño". Ediciones contrabando, Narrativa 3. 2013
Un beso es la solemne confusión de dos mundos distintos destinados finalmente a desaparecer.
Fernando Blanco Inglés, "La Agenda Belmonte"
NADA.
No busques más… en este poema sólo hay una noche helada en la que flota una luna solitaria.
Fernando Blanco Inglés, "Flip"
He arrancado mis ojos para contemplarte.
He obturado mis oídos para escucharte.
He sellado mis labios para pronunciar el silencio de tu nombre.
He aniquilado mi mente para pensarte.
He olvidado mi ser para recordar que sólo tú eres yo.
Fernando Blanco Inglés, "Flip"
Nací hace demasiados años en la ciudad de Cartagena, milenaria capital del Sacro Imperio Murciano. He sobrevivido a diversas instituciones empeñadas con cruel obstinación en que dejase de ser como era o en sugerir mediante siniestras inducciones que yo mismo acabara con mi existencia para ahorrarles el trabajo. Tuve las aventuras suficientes, la fortuna imprescindible, los vicios habituales, los dolores precisos, los tormentos necesarios, las inevitables depresiones, los trabajos de condena, las detestables relaciones sociales de rigor; participé, por otra parte, en la dicha de jugar a la vida en terrenos desconocidos, de navegar por mares no localizados en mapas oficiales, de descubrir por casualidad antiguos tesoros escondidos. Me he embriagado con la noche, he esnifado lejanas estrellas, bailé desnudo bajo la Luna, gocé del inmortal privilegio de amar y ser amado más allá de la costumbre y la razón; me he reído de la realidad, acompañado de mágicas amistades, hasta ver amanecer más noches de las que los dioses hayan tenido la condescendencia de permitirme recordar, he legado al mundo un par de niñas maravillosas, y, en los ratos libres, escribí algunas cosas como la que ahora tienes en las manos.
Fernando Blanco Inglés, Arquitectura del sueño (2013)
Nada ha sido. Es inútil permanecer siempre esperando el pasado. Solo me queda borrar los pasos en la senda por la que la mitad de mí se fueron la mitad de vos en busca de ambos.
Fernando Blanco Ingles, "La cuestión Q, 2"
Buscar encuentro
hallarme perdido
entre la noche de los recuerdos
con el inevitable sol del olvido.
Fernando Blanco Ingles, "Rumbo a al deriva"