Los hombres, en un rapto de delirio, se propusieron elevar la suma estupidez de su orgullo a la altura inaccesible de Dios con el fin de equiparar la pedestre ignorancia de los mortales a su infinita sabiduría. Se consideraron Iguales, Se vanagloriaron de lo imposible, Se burlaron de lo inescrutable. Se jactaron de o que nunca hubieran debido. Adoptaron sin detenerse a pensarlo La Errónea Decisión. Fuera por completo de sus tristes cabales, se pusieron de inmediato manos a la obra. Buscaron el sitio ideal. Eligieron el terreno adecuado Diseñaron un sinfín de planos. Hicieron caso omiso de las adversidades. Despreciaron los costes. Establecieron los calendarios. Calcularon lo incalculable. Reclutaron al personal, Convocaron a las cuadrillas. Llamaron a los maestros. Y, ella en las alturas polvorientas de Sannaar, levantaron en dirección al abismo estelar la torre del infinito. Piedra sobre piedra, ladrillo sobre ladrillo, planta sobre planta, con la argamasa de la estulticia, elevaron su vanidad hacia el centro superior de las tinieblas.... más allá de toda luz, más allá de todo sonido, más allá de toda posibilidad de existencia... Y Dios, sagrado sea su explicable nombre, recostado sobre la marca perpetuo de la eternidad, bostezó aburrido una vez más al contemplar sus incorregibles sandeces, sus ridículas actitudes, sus incurables desvaríos, y aprovechó el instante para ejecutar El Castigo que desde antes de los tiempos les tenía predestinado como escarmiento general a su estúpida soberbia. Una sanción tan terrible que ningún posible sacrificio a posteriori fuera capaz de espiar... Así, sin previa advertencia, en el acto más diabólico que su magnificente omnisciencia pudiera concebir, inventó el laberinto de las lenguas para eliminar cualquier probabilidad efectiva de entendimiento entre ellos... ni siquiera en su propio idioma... la palabra como la máscara del interés, la representación de la mentira, el rostro del disimulo, la expresión enmascarada de los más turbios deseos, se hizo dueña de su patológico modo de relación con el mundo....
Fernando Blanco Inglés, "El Burdel de Venus"
La torre de Babel, Peter Brueghel el Viejo, 1563. Kunsthistorisches Museum, Vienna