A Manolo Alcalá de Guadaíra
Cumplir durante décadas con una jornada laboral de 8 horas sin llegar a producir nada de utilidad ni para la Administración ni para el público requiere altas dosis de empeño y una titánica voluntad. Siendo el número de vocaciones en España ilimitado, es nuestro deber advertir a una juventud tan idealista que no todo el mundo vale para desempeñar tan gloriosa misión, así que mejor meterse a político, profesión en la que no hacer nada, lejos de suponer un esfuerzo demoledor, constituye el más dulce y lucrativo de los pasatiempos.
Víctor Tordesillas: "Espíritus Deportivos".