Existo,
luego…
Pago
impuestos.
Me
despierto y enciendo la luz.
Pago
impuestos.
Me
pongo las zapatillas y me dirijo al baño.
Pago
impuestos.
Me
ducho.
Pago
impuestos.
Uso
jabón.
Pago
impuestos.
Silbo
una canción.
Pago
impuestos.
Cierro
el grifo y me coloco el albornoz.
Pago
impuestos.
Me
miro al espejo con irreprimible aversión.
Pago
impuestos.
Me
embadurno de crema la barba.
Pago
impuestos.
Me
afeito.
Pago
impuestos.
Me
echo aftershave.
Pago
impuestos.
Me
unto generosamente las arrugas incipientes del rostro con crema
antienvejecimiento.
Pago
impuestos.
Poseer
un jovial y simpático aspecto, después de tener dinero en abundancia y una
pasmosa habilidad para engañar a los demás, es lo más importante de esta vida.
Pago
impuestos.
Me
lavo los dientes.
Pago
impuestos.
Ilumino
mis axilas con desodorante.
Pago
impuestos.
Me
depilo con una pinza láser los pelos del entrecejo.
Pago
impuestos.
Me
visto y calzo.
Pago
impuestos.
Empapo
mi vestimenta con una onza de perfume oriental que oculte al mundo el hedor de
mi alma.
Pago
impuestos.
Me
peino con esmerado arte los cuatro pelos que aún resisten sin desplomarse en el
páramo de mi cabeza.
Pago
impuestos.
Enciendo
la cafetera.
Pago
impuestos.
Exprimo
un zumo de naranja.
Pago
impuestos.
Me
hago una ensalada a base de variadas frutas exóticas.
Pago
impuestos.
Corto
una rebanada de pan.
Pago
impuestos.
Frío
en la sartén un par de huevos revueltos con tocino de avestruz.
Pago
impuestos.
Desayuno,
Pago
impuestos.
Me
enciendo un pitillo.
Pago
impuestos.
Me
sirvo una copa que me quite definitivamente las telarañas que aún cuelgan de
las esquinas del sueño.
Pago
impuestos.
Despierto
a mi mujer.
Pago
impuestos.
Le doy
el más tierno beso que soy capaz de extraer de mi trasnochado catálogo.
Pago
impuestos.
Entro
en el cuarto de los niños.
Pago
impuestos.
Les
doy un beso. Más por costumbre que por amor.
Pago
impuestos.
Salgo
al descansillo.
Pago
impuestos.
Llamo
al ascensor.
Pago
impuestos.
Entro
en el garaje.
Pago
impuestos.
Pongo
en marcha el coche.
Pago
impuestos.
Salgo
a la calzada.
Pago
impuestos.
Llego
tarde, llevo prisa, piso el acelerador.
Pago
impuestos.
Me
pilla un atasco.
Pago
impuestos.
Me
cago en la puta madre del demonio.
Pago
impuestos.
Toco
desaforadamente el claxon.
Pago
impuestos.
Blasfemo
como un descosido.
Pago
impuestos.
Me
resigno.
Pago
impuestos.
Por
hacer algo, conecto la radio.
Pago
impuestos.
Discuten
ferozmente una manada de tertulianos, a la luz del glorioso principio de que
ser un bastardo ignorante y no tener puta idea de nada te da perfecto derecho a
expresar opiniones fanáticas acerca de cualquier asunto.
Pago
impuestos.
Qué
país.
Pago
impuestos.
Anuncios
publicitarios.
Pago
impuestos.
Ni
corto ni perezoso, desconecto la radio y pongo música.
Pago
impuestos.
Los
ancianos Rolling Stones han sacado un nuevo disco de blues que exhala renovados
aromas de pacto con el diablo.
Pago
impuestos.
Habrá
que comprarlo.
Pago
impuestos.
Aparco
el coche una hora más tarde de lo previsto.
Pago
impuestos.
Y
medio kilómetro más allá de lo recomendable para no llegar aún más tarde.
Pago
impuestos.
Me
meto una generosa cordillera de coca entre pecho y espalda para olvidarme de la
hora que es y para resistir indemne los estragos de una nueva jornada laboral.
Pago
impuestos.
No me
miren de ese modo.
Pago
impuestos.
Como
si aquí nadie hubiera roto un plato en su vida.
Pago
impuestos.
Sin un
estimulante de efectos categóricos, trabajar una sola mañana en el antro al que
me dirijo resulta más difícil de lo que todos los gandules que pueblan el mundo
puedan imaginar.
Pago
impuestos.
Háganse
cargo.
Pago
impuestos.
Si
estuvieran en mi caso, me entenderían.
Pago
impuestos.
Sin el
requerido entusiasmo, ningún poeta escribiría jamás un buen verso.
Pago
impuestos.
Saludo
con mi mejor falsa sonrisa al conserje.
Pago
impuestos.
Lo
cortés no quita lo valiente.
Pago
impuestos.
Subo a
la oficina.
Pago
impuestos.
Le
digo a mi encantadora secretaria, después de saludarla con ceremoniosa
atención, que me filtre visitas y llamadas.
Pago
impuestos.
Que no
estoy para andar perdiendo el tiempo.
Pago
impuestos.
Entro
en mi despacho.
Pago
impuestos.
Me
siento en la butaca.
Pago
impuestos.
Enciendo
la lámpara de diseño.
Pago
impuestos.
Descuelgo
el teléfono.
Pago
impuestos.
Pulso
el botón del ordenador.
Pago
impuestos.
Entra
abruptamente mi encantadora secretaria para comunicarme el inventario de
urgencias y, de paso, como el que no quiere la cosa, darme aviso de que los de
arriba me quieren ver; seguramente, por la cara que ha puesto, no para nada
bueno.
Pago
impuestos.
Me
hago el longui. Como si hubiera oído llover. Para que no le quede la menor duda
a la esbelta chiquilla de que a mí los de arriba me la repanchufanfiflan.
Pago
impuestos.
Mando
imprimir un informe decisivo para el futuro inminente de la empresa, sacado de
la nevera cual momia del sarcófago, que aplaque cualquier tipo de contradicción
con los amos de la cúpula y ponga punto final a la divergencia.
Pago
impuestos.
Trabajo.
Pago
impuestos.
Hago
país.
Pago
impuestos.
Aprovecho,
ahora que nadie me mira, para ejecutar órdenes de compra-venta en el Dow Jones
en busca de un exclusivo beneficio personal. Que le den por culo a los
intereses de la empresa.
Pago
impuestos.
Hablo
con mi agente financiero. Le transmito la naturaleza de las operaciones y le
adjunto un informe detallado de los números.
Pago
impuestos.
El
capitalismo contemporáneo es la hostia. Se desarrolla al margen de nuestra
voluntad. Es un monstruo que de tanto crecer se ha hecho autónomo.
Pago
impuestos.
Impulso
la circulación de capitales con tan sólo apretar una tecla.
Pago
impuestos.
Produzco
plusvalías sin levantarme del sillón.
Pago
impuestos.
Genero
puestos de trabajo sin despeinarme.
Pago
impuestos.
Provoco
despidos sin enterarme.
Pago
impuestos
Obtendré
jubilosos beneficios sin malgastar una gota de sudor.
Pago
impuestos.
Pura
magia.
Pago
impuestos.
Me
aburro como una mona.
Pago
impuestos.
Le
mando un g-mail a mi camello privado con propuesta incluida de adelantar la
cita periódica de suministros.
Pago
impuestos.
Por la
otra línea, mi encantadora secretaria manda aviso de que mi asesor fiscal
necesita hablar conmigo a la mayor brevedad.
Pago
impuestos.
Cuelgo
y descuelgo.
Pago
impuestos.
Le han
llamado de Hacienda.
Pago
impuestos.
Hay
problemas con la liquidación de este año.
Pago
impuestos.
Me han
pillado las trampas.
Pago
impuestos.
La
avidez recaudatoria de esta gente no tiene fondo.
Pago
impuestos.
Hay
que mantener a los innumerables vividores de
la política.
Pago
impuestos.
Pero
que no solo eso.
Pago
impuestos
Descubierta
la liebre, esta gentuza se ha visto impelida a analizar minuciosamente las
declaraciones de los últimos cinco años. El que hace un gesto hace cientos.
Pago
impuestos.
Nada
bueno saldrá de ahí.
Pago
impuestos.
Y
dando gracias de que las anteriores a esa fecha prescribieron por ley.
Pago
impuestos.
No
debo aturullarme.
Pago
impuestos.
En
tiempos de confusión, mantener en su sitio los muebles.
Pago
impuestos.
Esas
cosas pasan.
Pago
impuestos.
Más de
lo que debieran.
Pago
impuestos.
Me
cago en su puta madre.
Pago impuestos.
Me
entra de repente una sed terrible.
Pago
impuestos.
Me
dirijo al mini bar y me sacudo una copa que no se la salta un torero.
Pago
impuestos.
Veo el
mundo de otra manera.
Pago
impuestos.
Procuro
distraerme de la cuestión.
Pago
impuestos.
Ya que
estamos, me apunto a una partida de póquer online.
Pago
impuestos.
Después
de unas cuantas manos, me quedo más o menos a la par, por no decir que
perdiendo la intemerata.
Pago
impuestos.
No se
debe jugar sin una mente libre de preocupaciones.
Pago
impuestos.
Me
vuelvo a aburrir.
Pago
impuestos.
Llamo
a mi amante.
Pago
impuestos.
Quedo
a comer con ella.
Pago
impuestos.
Nos
sentamos a la mesa de un restaurante de moda.
Pago
impuestos.
Habla
de futuros improbables.
Pago
impuestos.
Me
recrimina la, según ella, incomprensible tozudez que me anima a persistir en mi
lamentable actitud. Que para cuando lo del divorcio.
Pago
impuestos.
Que o
tomo una decisión ¡ya! o que con ella no cuente.
Pago
impuestos.
Que
qué fue de todo aquello que le prometí.
Pago
impuestos.
Pongo
excusas.
Pago
impuestos.
No le
valen.
Pago
impuestos.
Para
zanjar el debate, le juro por la salud de mis muertos que esta misma tarde
hablo con mi abogado y pongo en marcha el divorcio exprés con mi mujer.
Pago
impuestos.
No me
cree.
Pago
impuestos.
Que de
eso mismo le vengo diciendo desde que la conozco sin ningún hecho fehaciente
que permita corroborar una sola de mis palabras.
Pago
impuestos.
Solicito
la cuenta.
Pago
impuestos.
Le
dejo una tan generosa como inmerecida propina al gilipollas engreído del
camarero.
Pago
impuestos.
Café,
copa, cigarrillos, sobremesa en la terraza de un bar cercano.
Pago
impuestos.
Seguimos
discutiendo.
Pago
impuestos.
No hay
quien entienda a las mujeres.
Pago
impuestos.
Alzo
intermitentemente las cejas y miro a un cielo imaginario en busca de imposible
respuesta.
Pago
impuestos.
¿Por
qué coño se tiene que poner así?
Pago
impuestos.
¿Qué
le da derecho?
Pago
impuestos.
Nunca
entenderé por qué, con lo bien que vivimos, nos complicamos tanto la
existencia.
Pago
impuestos.
Encontrarse
por la calle, gustarse y echar un polvo debería ser la cosa más natural e
inofensiva del mundo.
Pago
impuestos.
Y no
la llave que abra la puerta a un destino basado en la mutua destrucción.
Pago
impuestos.
¿En
qué ley no escrita se fundamenta, por una maldita cana al aire, el derecho al
usufructo exclusivo de tu persona?
Pago
impuestos.
A la
posesión legal de tu alma.
Pago
impuestos.
Ministras
de Satán.
Pago
impuestos.
Ya lo
decía la Iglesia antes de amariconarse.
Pago
impuestos.
Me
duele la cabeza.
Pago
impuestos.
Consigo,
por fin, sacando fuerzas de flaqueza y tras articular con maestría retórica una
serie inusitada de argumentos, convencerla de que mañana será otro día.
Pago
impuestos.
Le
pido un taxi.
Pago
impuestos.
Busco
una farmacia de guardia.
Pago
impuestos.
Compro
aspirinas.
Pago
impuestos.
Y una
caja de condones por si surge un imprevisto.
Pago
impuestos.
En la
calle todo es publicidad.
Pago
impuestos.
Allá
donde mires hay un anuncio.
Pago
impuestos.
Esta
manga de hijos de puta han conseguido convertir el cerebro del sufrido
contribuyente en un buzón vacío donde colocar a placer su asquerosa propaganda.
Pago
impuestos.
Decido
ir al cine a ver si me alieno lo suficiente como para olvidar mi existencia.
Pago
impuestos.
Saco
la entrada.
Pago
impuestos.
Prefiero
pagar el mísero precio de un triste espectáculo sublimatorio antes que
comprarme un rifle de precisión y subirme a una azotea a desfogarme.
Pago
impuestos.
Compro
palomitas y un vomitivo refresco al que perfumo con un generoso chorro de ron
de mi petaca.
Pago
impuestos.
Me
atizo media docena de aspirinas en busca de pronto efecto.
Pago
impuestos.
La
película es pésima.
Pago
impuestos.
Infame,
como casi todas las que se hacen hoy en día.
Pago
impuestos.
Nada
de lo que extrañarse.
Pago
impuestos.
El
tonto soy yo, por ilusionarme con que el cine de ahora alguna vez será como el
de entonces.
Pago
impuestos.
Salgo
del cine.
Pago
impuestos.
Piso
las baldosas de la acera.
Pago
impuestos.
Respiro
el aire corrompido de la ciudad.
Pago impuestos.
Aún es
pronto para regresar a casa.
Pago
impuestos.
Me
meto en el primer bar de copas que se cruza en mi camino.
Pago
impuestos.
Con el
higiénico fin de quitarme el mal sabor de boca que me ha dejado la espantosa
película.
Pago
impuestos.
Me pongo
como un piojo.
Pago
impuestos.
Salgo
a la calle.
Pago
impuestos.
Llego
al aparcamiento.
Pago
impuestos.
Me
meto en el coche.
Pago
impuestos.
Me
esnifo un par de cucharadas soperas de lo mismo para contrarrestar la fatiga
del trabajo y los efectos nocivos del alcohol.
Pago
impuestos.
Me
tropiezo con un control anti alcoholemia. Hoy tenía que ser. Instalado por la Guardia Civil con el exclusivo fin de exprimirnos mediante multas y de paso joder más
allá de lo innecesario al inocente personal.
Pago
impuestos.
Doy
positivo.
Pago
impuestos.
En
alcohol y drogas.
Pago
impuestos.
Multa,
retirada escandalosa de puntos e incautación del auto hasta más ver.
Pago
impuestos.
A tomar por culo el carnet.
Pago impuestos.
Programa de reeducación al canto.
Pago impuestos.
Obligado a perder inútilmente un mes de inútil vida.
Pago impuestos.
Mil euros del ala y exámen humillante para volver a demostrarle al estado que estoy facultado para hacer los que llevo haciendo a la perfección desde los 18 años.
Pago impuestos.
Me cago en sus muertos.
Pago impuestos.
A tomar por culo el carnet.
Pago impuestos.
Programa de reeducación al canto.
Pago impuestos.
Obligado a perder inútilmente un mes de inútil vida.
Pago impuestos.
Mil euros del ala y exámen humillante para volver a demostrarle al estado que estoy facultado para hacer los que llevo haciendo a la perfección desde los 18 años.
Pago impuestos.
Me cago en sus muertos.
Pago impuestos.
Vuelvo
por fin a casa en un taxi.
Pago
impuestos.
Tengo
hambre.
Pago
impuestos.
Entro
en la cocina procurando hacer el menor ruido posible.
Pago
impuestos.
Abro
el frigorífico.
Pago
impuestos.
Confecciono
una frugal colación a base de un modesto sándwich de urogallo cantábrico y una
humilde cerveza centroeuropea de importación.
Pago
impuestos.
Me
traslado con una bandeja titubeante a la sala de estar.
Pago
impuestos.
Pulso
los botones de mando que encienden la tele.
Pago
impuestos.
Recibo
una llamada en el móvil.
Pago
impuestos.
Es mi
mujer.
Pago
impuestos.
Desde
el dormitorio.
Pago
impuestos.
Que
baje el volumen del televisor si no quiero que venga y me monte el número.
Pago
impuestos.
Obedezco.
Pago
impuestos.
Sólo
me faltaba la iracunda figura mitológica de mi esposa chillando y soltándome
hostias como un energúmeno.
Pago
impuestos.
Eso me
faltaba. El último número con el que poner broche a la amena función del día.
Pago
impuestos.
Me
concentro en la tele.
Pago
impuestos.
Es un
telediario.
Pago
impuestos.
Sale
el ministro de Hacienda en rueda de prensa.
Pago
impuestos.
Con
esa cara de gilipollas tocacojones que dios le ha dado.
Pago
impuestos
Soy
español.
Pago
impuestos.
Más
que en el resto de países civilizados.
Pago
impuestos.
Anuncia
el menda a bombo y platillo la cuadratura del círculo.
Pago
impuestos.
Un
incremento exuberante de la recaudación fiscal mediante una bajada nunca vista
de impuestos.
Pago
impuestos.
Señal
de que han decidido subirlos pasado mañana.
Pago
impuestos.
Y lo
que es peor: nadie se negará a ello.
Pago
impuestos.
Ni uno
solo protestará.
Pago
impuestos.
Sin
que nos vengamos a dar cuenta, han convertido este país en una cabaña lanar de
castrados sin solución.
Pago
impuestos.
¿A qué
ruina nos condenará, tarde o temprano, la factura de permitir que los
psicópatas impartan alegremente lecciones de ética?
Pago
impuestos.
El muy
hijo de puta se saca un gráfico de la manga y te explica como si fueras
subnormal y acabaras de llegar la curva de Laffer.
Pago
impuestos.
En
contra de mi voluntad reflexiono en lo artera, hija de puta y miserable de la
paradójica trampa ministerial.
Pago
impuestos.
No me
la puedo quitar de la cabeza aunque cambie de canal.
Pago
impuestos.
De
tanto pensar y cagarme en mi suegra, me desvelo.
Pago
impuestos.
Medito
medio abatido en los siete putos meses que debo trabajar para cumplir con
Hacienda.
Pago
impuestos.
Me
cago en mi sombra.
Pago
impuestos.
Reflexiono
compungido en lo asquerosamente mal que tiene que estar el mundo para que pasen
estas cosas.
Pago
impuestos.
Pienso
en los parados.
Pago
impuestos.
Pienso
en los pensionistas.
Pago
impuestos.
Pienso
en la juventud.
Pago
impuestos.
Pienso
en los parapléjicos.
Pago
impuestos.
Pienso
en el ejército innumerable de colocados por enchufe que cobran del erario
público sin haber dado golpe en su puta vida.
Pago
impuestos.
Abomino
de la agobiante situación laboral en la que se encuentra la abnegada tercera parte del
país para mantener a las otras dos.
Pago
impuestos.
Me
cago con toda mi alma en los muertos de tanto político hijo puta dándose la
gran vidorra a costa de nuestro esfuerzo.
Pago
impuestos.
Por mí
se pueden ir a la mierda todos.
Pago
impuestos.
Los
unos y los otros.
Pago
impuestos.
Y tras
ellos, la puta madre de ambos.
Pago
impuestos.
Decido,
para lo que sirve, dejar de pensar.
Pago
impuestos.
No le
conviene a mi salud.
Pago
impuestos.
Voy al
baño.
Pago
impuestos.
Me
zampo la cantidad habitual de somníferos, los comprimidos de rigor y algún que
otro más, que amortigüen con plenas garantías los sobresaltos del día y le
despejen todo tipo de dudas al más pintado.
Pago
impuestos
Orino
acrobáticamente.
Pago
impuestos.
Tiro
de la cadena.
Pago
impuestos.
Me
lavo las manos como Pilatos.
Pago
impuestos.
Me las
seco con toalla de algodón.
Pago
impuestos.
Que le
vayan dando mucho por culo al orbe terrestre.
Pago
impuestos.
Regreso
al cuarto de estar y no ser.
Pago
impuestos.
Me
tumbo en el sofá.
Pago
impuestos.
Estoy
exhausto.
Pago
impuestos.
Me
quito los zapatos.
Pago
impuestos.
Me
traspongo.
Pago
impuestos.
Cierro
los párpados.
Pago
impuestos.
Sueño.
Pago
impuestos.
Tengo
pesadillas.
Pago
impuestos.
Sueño
que, tras interminables sesiones de extorsión y tortura, muero asesinado por
seres infames en horribles circunstancias.
Pago
impuestos.
Antes
de morir, me da tiempo a pensar que, después de todo, no está tan mal la cosa.
Pago
impuestos.
Que
sólo muerto me libraré de todos ellos.
Pago
impuestos.
Y de
seguir pagando impuestos.
Pago
impuestos.
Que
más quisieras.
Pago
impuestos.
Ni
muerto te escapas.
Pago
impuestos.
Autopsia.
Funeral. Coche fúnebre. Ramos de flores. Cremación. Viaje a la playa. Cenizas
al viento. Sucesiones y patrimonio.
Pago
impuestos.
Del
miedo que me da resucito no sé cómo.
Pago
impuestos.
Tengo
sudores fríos.
Pago
impuestos.
A
pesar del sofoco, vuelvo a respirar con relativa normalidad.
Pago
impuestos.
Sigo
vivo.
Pago
impuestos.
Sin
venir a cuento me surgen unas cuantas dudas en el páramo helado del cerebro.
Pago
impuestos.
¿Soy
yo quien soy?
Pago
impuestos.
¿Existo
en realidad?
Pago
impuestos.
¿Vivo
mi vida?
Pago
impuestos.
¿O
sólo estamos hablando de un triste individuo desconocido sin otro objetivo en
la vida que el de cumplir religiosamente con sus obligaciones fiscales para mantener
en pie un cotarro que le aplasta hasta que venga otro que le sustituya?
Pago
impuestos…
Pago
impuestos…
Pago
impuestos…
Fernando
Blanco. “Solemne letanía por la declinante clase media española”.